Vamos al límite con la cordillera, donde ese paisaje de fondo es la constante todos los días, un territorio singular por su vista y sus tradiciones: Los Andes
Es imposible perderse Portillo en una visita a Los Andes. Sus kilométricos páramos invernarles son postales que atraen turistas de todo el mundo, fascinados con el centro de ski más antiguo del continente sudamericano, con carreras semanales para visitantes y competencias de alto estándar internacional.
Además, posee instalaciones recreativas y hoteleras, para disfrutar de unos días tranquilos y relajantes en medio del principal centro invernal cordillerano.
Entre sus senderos, un destino imperdible es la Laguna del Inca, lago color esmeralda y rodeada de flora y fauna irrepetible en el resto de la cordillera, con una dramática leyenda a su haber, que recoge las experiencias de los principales emperadores de esta antigua civilización.
Más adelante destaca el Salto del Soldado, imponente caída de agua nombrada en honor a las hazañas y desdichas de un guerrero patriota, escondido en medio de uno de los páramos más formidables existentes en la zona.
No hay nada que los andinos valoren más que su historia y sus tradiciones. Muestra de aquello es el cuidado que conservan su Museo y su Parque Arqueológico, que albergan piezas milenarias únicas y realizan incontables actividades durante el año para aprender más sobre ello.
Muy valioso es también el Parque Ambrosio O’Higgins, encantador espacio natural con un elegante anfiteatro en que durante todo el año se realizan actividades culturales, deportivas, recreativas y campestres. Sin duda uno de sus atractivos más queridos por quienes viven en la zona.
Por último, es imposible perderse una experiencia única en la Medialuna de Los Andes, recinto deportivo centrado en el rodeo durante todo el año, además de la tradicional Feria Internacional de Los Andes (FILAN), instancia que reúne a los mejores emprendimientos, muestras gastronómicas y hasta bailes típicos.