Vamos a situarnos virtualmente bajo el mar.
La multiplicidad de vistas y actividades hacen al archipiélago de Juan Fernández un destino turístico único en Chile. Destaca en especial la isla Robinson Crusoe, reconocida por las leyendas en torno a la vida pirata y los tesoros que se esconden en ella. Apetecida por su turismo aventura rodeado de paisajes naturales y vida silvestre en la tierra, cielo y el océano Pacífico.
Conocida por el buceo que se practica en la zona, las islas se encuentran envueltas por un amplio número de especies marinas que habitan solo en este lugar del mundo, protegidos por una frondosa vegetación endémica en sus robustos acantilados, los cuales hoy son posibles conocer de cerca gracias a las rutas de trekking habilitadas para los visitantes.
Esta Reserva Mundial de la Biósfera alberga a curiosos viajeros y estudiosos, que arriban al archipiélago para conocer en profundidad estas especies que habitan en sus parques, senderos, cuevas y en la conocida Lobería.
Con todo el mar
Su gastronomía también destaca más allá de sus fronteras oceánicas. Los productos marinos son protagonistas y deleitan los paladares de los turistas, desde los pescados y mariscos hasta las langostas y cangrejos populares de sus costas.
Finalmente, sus tardes tranquilas se coronan con atardeceres únicos que no son visibles desde otros lugares de Chile, con la especial posibilidad de admirarlos en diversos miradores que alcanzan hasta los 500 metros de altura, sin duda una experiencia inigualable e irrepetible, solo posible de vivir en este rincón del mundo.