Nada define mejor a Papudo que sus tranquilas playas, protegido por empinados cerros al sur, lo que lo hace perfecto para realizar diversos deportes náuticos y de ribera, destacando el surf por sobre todos ellos. Sus perfectos vientos son llamativos para muchas otras disciplinas o inversionistas, lo que instaló en papudo distintos clubes de Yates, Golf y hasta Tenis.
Resalta en especial la playa Lilén y el clásico restaurante El Barco Rojo, construido con maderas de un antiguo bergantín que encalló hace más de 100 años en la orilla. Las aguas turquesas, arena blanca y magnífico oleaje hacen de este lugar un imperdible para los amantes del surf, y una postal inolvidable desde las ventanas del Barco Rojo.
Kilómetros de playas y recovecos junto al mar
El sector de Pullally es también un excelente panorama. Su kilométrica playa ofrece un paseo por Las Salinas junto a la pintoresca comunidad rural y sus pescadores artesanales, que proveen a la localidad de productos frescos y únicos, además de contar con un salar natural, dunas e incluso vestigios de asentamientos indígenas.
Aquí se suele visitar el Parque de Pullally, abierto al camping y con senderos únicos en la región, ubicados en medio de un frondoso bosque de especies exóticas y nativas, cercano a la Quebrada las Palmas con árboles milenarios y rodeados de una laguna natural.
Muchos habitantes y visitantes prefieren conocer Papudo a pie, debido a las numerosas opciones y tesoros escondidos entre medio de su vida urbana y turística. En la ciudad, puede visitarse su pintoresco cementerio o el clásico Chalet Recart, una centenaria e imponente casona que data de los años ‘20, con exposiciones artísticas abiertas a la comunidad.