Juan Fernández

El territorio insular de Chile está lleno de sorpresas. Lejos uno de los mayores atractivos que en este sentido nos ofrece la Región, es la Reserva de la Biósfera del Archipiélago Juan Fernández.

En 1977 fue reconocido a través UNESCO en el programa sobre el Hombre y la Biósfera, siendo un lugar internacionalmente protegido por su biodiversidad y características.

Esta Reserva corresponde a un ecosistema terrestre y/o costero y marino, una combinación al fin y al cabo, su alianza con la UNESCO permite propiciar sitios de apoyo a la ciencia con un enfoque sostenible.

La multiplicidad de vistas y actividades hacen al archipiélago de Juan Fernández un destino turístico único en Chile. Destaca en especial la isla Robinson Crusoe, reconocida por las leyendas en torno a la vida pirata y los tesoros que se esconden en ella. Apetecida por su turismo aventura rodeado de paisajes naturales y vida silvestre en la tierra, cielo y el océano Pacífico.

Aves y vegetación únicas en el mundo

La Reserva en Juan Fernández es una de las 10 Reservas de la Biósfera en Chile, que en total abarcan 11,4 millones de hectáreas, siendo de estas 3 millones correspondientes a áreas marinas.

En este caso, la zona de núcleo es el Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández. En torno a él se genera ecoturismo, pesca artesanal, comercio y todo lo relativo a los turistas que frecuentan esta zona.

Dentro de las características especiales, este ecosistema cuenta con 131 especies endémicas. Una de las más destacadas es el picaflor rojo de Juan Fernández – en peligro de extinción-, el cachudito de Juan Fernández y el lobo fino de dos pelos. De este último en la actualidad existen alrededor de 80.000 ejemplares en todo el archipiélago. En cuanto a flora hay 137 especies endémicas y 213 especies nativas.

Sus principales senderos son: Poblado-Plazoleta El Yunque, Circuito Picaflor: Poblado-Puerto Francés, y Puerto Francés-Rebaje La Piña, entre otros.

Este paraíso de especies se encuentra a 670 kilómetros de Valparaíso, con una diversidad más amplia que la de Galápagos en cuanto a flora, y una cantidad única de especies marinas en el mundo. Territorio que es un tesoro natural.

Su gastronomía también destaca más allá de sus fronteras oceánicas. Los productos marinos son protagonistas y deleitan los paladares de los turistas, desde los pescados y mariscos hasta las langostas y cangrejos populares de sus costas.
Finalmente, sus tardes tranquilas se coronan con atardeceres únicos que no son visibles desde otros lugares de Chile, con la especial posibilidad de admirarlos en diversos miradores que alcanzan hasta los 500 metros de altura, sin duda una experiencia inigualable e irrepetible, solo posible de vivir en este rincón del mundo.